viernes, 28 de enero de 2022

Manuel Garcia, el poeta que ancló en Cudillero

 Autor de 17 libros y nacido en Cataluña, se ha asentado en San Martín de Luiña, en la casa familiar paterna que visitó por primera vez a los 12 años.


Cuenta el poeta afincado en San Martín de Luiña Manuel García Estadella que le hubiera gustado ver a su padre leyendo alguno de sus poemas. No fue posible. Cuando empezó a escribir escondía sus trabajos, los dejaba entre los libros de lectura. No le gustaba contar su afición y tampoco quería descubrirla. Ha pasado mucho tiempo desde entonces. Hoy ya cuenta con 17 libros publicados y dedica parte de su talento a seguir con la escritura.

 

Tal vez por aquellos primeros años “tenía miedo al qué dirán”, a ser juzgado. Superado ese primer miedo, ahora escribe cada día. Lo hace sin prisa por su condición de jubilado y con toda la inspiración que le brindan sus sentimientos y su familia en su casa de San Martín de Luiña. Allí vive desde hace cuatro años junto a su esposa, Gloria Álvarez, natural del mismo pueblo.

 

Manuel García es un hombre cercano, apasionado de las lecturas de Federico García Lorca, Manuel Machado, Miguel Hernández Rosalía de Castro. En su casa una gran biblioteca recibe al visitante. “Ya no hay sitio para más”, dice risueño mientras confiesa otra de sus pasiones: la historia. El escritor nació en Cataluña en 1950. Hijo de padre cudillerense, conoció por primera vez la casa natal de su progenitor en San Martín de Luiña cuando tenía 12 años. No olvidó ese momento y mantuvo durante toda su vida presente aquel flechazo con Asturias. “Siempre que podía, volvía”, recuerda. Por cosas del destino, por la presión de la rutina y por las dificultades propias de la existencia humana, no fueron tantas como le hubiera gustado.

 

Dedicó su vida laboral a la contabilidad de una empresa de mamparas en Hospitalet. “Nada que ver con la escritura”, relata mientras lanza una sonrisa. Sin embargo, su pasión por componer y escribir siempre se manifestó en la intimidad. Publicó su primer poema, dedicado a un sobrino que falleció joven, en 1992. Fue su despertar al mundo de la edición y de la repercusión pública de lo que se escribe. “Escribo mucho más de lo que publico, como muchos otros”, dice. Más tarde, se lanzó a editar libros. En muchos de ellos su familia está muy presente. Dedica un par de sus obras a dos sobrinos y tiene una buena batería de poemarios inspirados en su esposa Gloria. También escribe un libro de poesía cada vez que se cumplen ciertas efemérides: el cumpleaños número cuarenta de sus hijos y el décimo de sus nietos.

 

Manuel García muestra los ejemplares con gusto: “Son mis sentimientos”, confiesa. También Asturias está presente en un extensa obra. Tiene versos sobre la España vaciada, sobre la cultura de Cudillero, sobre los paisajes asturianos... “Escribir es una vía de escape”, señala. Manuel García coge papel y boli y empieza con una “primera palabra” que lo aleja, además, de algunos pesares familiares que dice que le atormentan.

“Me gusta hacer poemas, es una forma de desahogar”. Su mayor reto es ser reconocido como el escritor que ya es. El próximo abril hará cuatro años de la mudanza a San Martín de Luiña, donde ahora tiene un pequeño escritorio presidido por un ordenador. Allí, “como quien dice”, desayuna. No hay mañana que no pase por este lugar para enfrentarse al folio en blanco. “Si empiezas y sale, tienes que seguir”, apunta.

 

De cerca, le mira un retrato de su padre, el hombre padre de cuatro hermanos (Manuel García es el menor) que heredó la casa familiar y la mantuvo con vida. Ahora el matrimonio disfruta tranquilo de la jubilación mientras en ocasiones se presentan actos sociales relacionados con la tarea de escritor de Manuel García. El escritor catalán también forma parte de la asociación “Amigos de Cudillero” y en el próximo anuario del colectivo uno de sus poemas estará escrito en asturiano. De todas sus obras él propone una, “La soledad tan sola”, “casi” su preferida.



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