jueves, 17 de julio de 2014

ENTREGA DE LAS XXXV AMURAVELAS DE ORO A TOMÁS CASADO Y A VÍCTOR MANUEL

El sábado 26 de abril, tuvo lugar en el restaurante “Lupa”, de Cudillero, el acto de entrega de las Amuravelas de Oro que concede la Asociación “Amigos de Cudillero”. En esta ocasión los galardonados fueron el cantante asturiano Víctor Manuel por su trayectoria musical, sus éxitos como compositor e intérprete, su profundo sentimiento de asturianía y sus valiosas aportaciones en la canción y el cine al conocimiento de Cudillero y el empresario Tomás Casado, por su larga y meritoria ejecutoria empresarial ,su capacidad de iniciativa y emprendimiento en los negocios y por su arraigo afectivo en Asturias así como su responsabilidad social en todas sus actividades y proyectos.
El acto fue presentado por el periodista Carlos Rodríguez, que recordó a los marineros muertos en los recientes naufragios de los pesqueros “Santa Ana” y “Mar Nosso” en las costas asturianas. También se recordó al periodista fallecido Faustino F. Álvarez, muy vinculado a la Asociación y autor del VIII Cuaderno Literario “Escritores en Cudillero”. En  honor de todos ellos sonó la Salve Marinera interpretada por la Banda y coro de Infantería de Marina.

A continuación fue el presidente de la Asociación, Juan Luis Álvarez del Busto, quien hizo uso de la palabra. Palabras de apoyo y reivindicación para los marineros de las flotas asturiana y gallega. Cudillero, dijo del Busto, es la mar misma,nace y muere con la marea al subir y bajar ésta y en la actualidad no soplan buenos vientos; por eso queremos mostrar nuestro apoyo a las flotas pesqueras asturiana y gallega, que exigen igualdad de trato con las de otras comunidades en cuanto al reparto de cupos para la xarda o caballa (…) Pedimos que para las campañas sucesivas, el sentido común impere y los marineros puedan salir a faenar con normalidad y conseguir el pez de cada día con que sustentar a sus familias”.

Del Busto tuvo unas palabra de agradecimiento para los galardonados por haber aceptado el homenaje y finalizó haciendo un balance de las actividades de la Asociación: Con este acto “Amigos de Cudillero” vuelve a dejar claro, a patentizar de una manera evidente, que para sus responsables y para los integrantes del jurado, no hay otro color ni otro objetivo que su compromiso de defensa de la promoción sociocultural y turística de Asturias, desde este enclave azul y verde; llevando por bandera la de la independencia así como el respeto hacia personas e instituciones. Nuestro rumbo está marcado desde  que se creó la Asociación que me honra presidir. A lo largo de estos años nuestra nave ha sufrido vanos intentos de abordajes surrealistas, ha capeado temporales sorprendentes, pero ello ha servido  para curtirnos y para tener muy claro que nada ni nadie nos detendrá en nuestra labor. “Amigos de Cudillero” continúa viva, con la vela siempre izada”. Aunque al colectivo cultural también le ha afectado la crisis y ha tenido que suspender momentáneamente algunas de sus actividades, continúa adelante.

Tras proceder a la lectura del acta del Jurado, a cargo del Secretario, Alfredo Canteli Fernández, el periodista Luis José de Ávila glosó la figura del empresario Tomás Casado que, aunque zamorano de origen, emigró a Asturias buscando como tantos otros la tierra prometida. 

Tomás fue un trabajador incansable y un emprendedor nato, que desde que en 1974 creara su holding de empresas de servicios y comercio, en la actualidad y después de expandir sus negocios por toda España, Europa y ahora África, no ha parado de subir el listón, un listón que a sus ochenta y dos años, cuenta con 1.750 puestos de trabajo y una facturación de doscientos cincuenta millones de euros.

Jacobo Cosmen, en representación de la Federación Asturiana de Empresarios (FADE), fue el encargado de imponerle la Amuravela de Oro y Juan Luis Álvarez del Busto, junto con Mirian Páramo, alcaldesa de Valdescorriel, población zamorana de donde es oriundo Tomás Casado, le entregaron el diploma obra del artista asturiano Luis Repiso, acreditativo del premio. El empresario, visiblemente emocionado, agradeció el galardón y dijo que lo recogía en nombre de todos los empresarios que en estos momentos lo están pasando “jodido” y de los cuales la prensa debería hablar un poco más, pero para bien, no para mal como se hace a menudo.

Éste no sería el único regalo que recibiría Tomás Casado, ya que la soprano asturiana Tina Gutiérrez, además de agradecerle el apoyo que ofrece a labores sociales y culturales, le dedicó la canción “Campanines de mi aldea”, que volvió a emocionar al empresario.

                                   Llegaba el turno de Víctor Manuel. 

El director de cine Pedro Olea, fue su glosador, algo que, dijo, le parecía extraño. Que él, un vasco, tuviera que presentar a Víctor Manuel en su tierra, Asturias, ya que todos los asturianos conocen a Víctor. Habló de su relación personal, de cómo se conocieron, de cómo el cantante fue vetado en su propio país en plena dictadura, porque alguien dijo que él y su esposa Ana Belén habían quemado la bandera española en un concierto en México y tuvo que ser Julio Iglesias quien desmintiese el hecho, normalizándose su situación y regresando de nuevo a España. También se refirió a su andadura en el mundo del cine como productor y como director.Y elogió la forma en que Víctor Manuel supo proteger a sus hijos  de la prensa de forma milagrosa.
El vice consejero de Cultura Alejandro Calvo impuso la Amuravela de oro a Víctor Manuel y del Bustojunta con la presidenta de la Comisión Gestora del Ayuntamiento e Cudillero, Olga Fernández Aguiar, le entregaron el diploma acreditativo.

En su emotiva intervención, el cantautor dijo tener la inmensa fortuna de que me premien y me reconozcan por lo que más me gusta,que es escribir y cantar canciones,es como si a un niño por jugar a la pelota le dieran un caramelo o un helado.
Reconoció que cuando, siendo muy joven marchó de su tierra, apenas conocía Asturias, poco más que su pueblo,  y Gijón y Oviedo por ir alguna vez a la playa o al desfile de América. Ya instalado en Madrid reconoció que “tenía fame de todo esto y atacado de nostalgia me dediqué a escribir aquellas canciones que para mí significaban volver a casa: El abuelo Víctor, El tren de madera, La planta 14... Fue cuando descubrí que una canción puede despertar sentimientos en los demás y que éstas no son de quienes las escriben o cantan sino de quienes las escuchan y las hacen suyas guardándolas en su “disco duro”.

Dijo que sus éxitos le permitieron dedicarse a esta profesión y su larga trayectoria hizo que no acabara trabajando en la hostelería, que era lo que pensaba cuando salió de su Mieres natal, sobre lo que iba a ser su vida: ganar unes perrines, volver al pueblo con un haiga y poner allí una cafetería ese era mi horizonte vital cuando salí de Mieres con catorce años.
Refiriéndose a sus canciones dijo que a veces invento coses pero siempre ando a ras de suelo, de ahí que muchas de ellas tengan un claro cariz social. Siempre, dijo el artista, me sentí reconocido y muy querido en mi tierra, me lo habéis demostrado muchas veces .Los que nos dedicamos al espectáculo, ponemos las entradas a la venta y esperamos,la respuesta del público es nuestro termómetro y yo nunca pude quejarme y ahora, de guinda, la Amuravela de Oro.
Víctor Manuel se despidió dando las gracias por hacerme aparentar que soy más de lo que soy, por atopar las razones pa dame la Amuravela, por faceme bamboyas que soy más de lo que soy, por caleceme el corazón y espero por munchos años seguir viendo a Cudillero tan esmarallolada, tan guapa, para regigéu de los que la queremos dafechu.
Y si hubo sorpresa para Tomas Casado, también la hubo para el cantante, cuando Tina Gutiérrez interpretó la canción de “Un cura de aldea” de Víctor, que terminó cantando él sólo, para disfrute de los asistentes, que lo agradecieron con una larga y cerrada ovación.


El coro “Peña Roballera”, dirigido por Ángel Fernández Pola,  interpretó dos canciones muy salitrosas, para dar paso al vice consejero de Cultura, que se encargó de convocar la XXXVI Amuravela de Oro. Con el Himno de Asturias, se dio por finalizado el brillante acto.  















                                 Texto de Rocío G. Suárez




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