El sábado 26 de abril, tuvo lugar en el restaurante “Lupa”,
de Cudillero, el acto de entrega de las Amuravelas de Oro que concede la
Asociación “Amigos de Cudillero”. En esta ocasión los galardonados fueron el
cantante asturiano Víctor Manuel por su
trayectoria musical, sus éxitos como compositor e intérprete, su profundo
sentimiento de asturianía y sus valiosas aportaciones en la canción y el cine
al conocimiento de Cudillero y el empresario Tomás Casado, por su larga y meritoria ejecutoria
empresarial ,su capacidad de iniciativa y emprendimiento en los negocios y por
su arraigo afectivo en Asturias así como su responsabilidad social en todas sus
actividades y proyectos.
El acto fue presentado por el periodista Carlos
Rodríguez, que recordó a los marineros muertos en los recientes naufragios de
los pesqueros “Santa Ana” y “Mar Nosso” en las costas asturianas. También se
recordó al periodista fallecido Faustino F. Álvarez, muy vinculado a la
Asociación y autor del VIII Cuaderno Literario “Escritores en Cudillero”. En honor de todos ellos sonó la Salve Marinera
interpretada por la Banda y coro de Infantería de Marina.
A
continuación fue el presidente de la Asociación, Juan Luis Álvarez del Busto,
quien hizo uso de la palabra. Palabras de apoyo y reivindicación para los
marineros de las flotas asturiana y gallega. Cudillero, dijo del Busto, es
la mar misma,nace y muere con la marea al subir y bajar ésta y en la actualidad
no soplan buenos vientos; por eso queremos mostrar nuestro apoyo a las flotas
pesqueras asturiana y gallega, que exigen igualdad de trato con las de otras
comunidades en cuanto al reparto de cupos para la xarda o caballa (…) Pedimos
que para las campañas sucesivas, el sentido común impere y los marineros puedan
salir a faenar con normalidad y conseguir el pez de cada día con que sustentar
a sus familias”.
Del Busto tuvo unas palabra de agradecimiento para
los galardonados por haber aceptado el homenaje y finalizó haciendo un balance
de las actividades de la Asociación: Con
este acto “Amigos de Cudillero” vuelve a dejar claro, a patentizar de una
manera evidente, que para sus responsables y para los integrantes del jurado,
no hay otro color ni otro objetivo que su compromiso de defensa de la promoción
sociocultural y turística de Asturias, desde este enclave azul y verde; llevando
por bandera la de la independencia así como el respeto hacia personas e
instituciones. Nuestro rumbo está marcado desde
que se creó la Asociación que me honra presidir. A lo largo de estos
años nuestra nave ha sufrido vanos intentos de abordajes surrealistas, ha
capeado temporales sorprendentes, pero ello ha servido para curtirnos y para tener muy claro que nada
ni nadie nos detendrá en nuestra labor. “Amigos de Cudillero” continúa viva,
con la vela siempre izada”. Aunque al colectivo cultural también le ha
afectado la crisis y ha tenido que suspender momentáneamente algunas de sus
actividades, continúa adelante.
Tras proceder a la lectura del acta del Jurado, a
cargo del Secretario, Alfredo Canteli Fernández, el periodista Luis José de Ávila
glosó la figura del empresario Tomás Casado que, aunque zamorano de origen,
emigró a Asturias buscando como tantos otros la tierra prometida.
Tomás fue un
trabajador incansable y un emprendedor nato, que desde que en 1974 creara su
holding de empresas de servicios y comercio, en la actualidad y después de
expandir sus negocios por toda España, Europa y ahora África, no ha parado de
subir el listón, un listón que a sus ochenta y dos años, cuenta con 1.750
puestos de trabajo y una facturación de doscientos cincuenta millones de euros.
Jacobo Cosmen, en representación de la Federación
Asturiana de Empresarios (FADE), fue el encargado de imponerle la Amuravela de
Oro y Juan Luis Álvarez del Busto, junto con Mirian Páramo, alcaldesa de
Valdescorriel, población zamorana de donde es oriundo Tomás Casado, le entregaron
el diploma obra del artista asturiano Luis Repiso, acreditativo del premio. El
empresario, visiblemente emocionado, agradeció el galardón y dijo que lo
recogía en nombre de todos los empresarios que
en estos momentos lo están pasando “jodido” y de los cuales la prensa debería
hablar un poco más, pero para bien, no para mal como se hace a menudo.
Éste no sería el único regalo que recibiría Tomás
Casado, ya que la soprano asturiana Tina Gutiérrez, además de agradecerle el
apoyo que ofrece a labores sociales y culturales, le dedicó la canción
“Campanines de mi aldea”, que volvió a emocionar al empresario.
Llegaba el turno de Víctor Manuel.
El director de
cine Pedro Olea, fue su glosador, algo que, dijo, le parecía extraño. Que él, un
vasco, tuviera que presentar a Víctor Manuel en su tierra, Asturias, ya que
todos los asturianos conocen a Víctor. Habló de su relación personal, de cómo
se conocieron, de cómo el cantante fue vetado en su propio país en plena
dictadura, porque alguien dijo que él y su esposa Ana Belén habían quemado la
bandera española en un concierto en México y tuvo que ser Julio Iglesias quien
desmintiese el hecho, normalizándose su situación y regresando de nuevo a
España. También se refirió a su andadura en el mundo del cine como productor y
como director.Y elogió la forma en que Víctor Manuel supo proteger a sus
hijos de la prensa de forma milagrosa.
El
vice consejero de Cultura Alejandro Calvo impuso la Amuravela de oro a Víctor
Manuel y del Bustojunta con la presidenta de la Comisión Gestora del
Ayuntamiento e Cudillero, Olga Fernández Aguiar, le entregaron el diploma
acreditativo.
En su emotiva intervención, el cantautor dijo tener la inmensa fortuna de que me premien y me
reconozcan por lo que más me gusta,que es escribir y cantar canciones,es como
si a un niño por jugar a la pelota le dieran un caramelo o un helado.
Reconoció que cuando, siendo muy joven marchó de su
tierra, apenas conocía Asturias, poco más que su pueblo, y Gijón y Oviedo por ir alguna vez a la playa
o al desfile de América. Ya instalado en Madrid reconoció que “tenía fame de todo esto y atacado de
nostalgia me dediqué a escribir aquellas canciones que para mí significaban
volver a casa: El abuelo Víctor, El tren de madera, La planta 14... Fue cuando
descubrí que una canción puede despertar sentimientos en los demás y que éstas
no son de quienes las escriben o cantan sino de quienes las escuchan y las
hacen suyas guardándolas en su “disco duro”.
Dijo que sus éxitos le permitieron dedicarse a esta
profesión y su larga trayectoria hizo que no acabara trabajando en la
hostelería, que era lo que pensaba cuando salió de su Mieres natal, sobre lo que
iba a ser su vida: ganar unes perrines, volver
al pueblo con un haiga y poner allí una cafetería ese era mi horizonte vital
cuando salí de Mieres con catorce años.
Refiriéndose a sus canciones dijo que a veces invento coses pero siempre ando a
ras de suelo, de ahí que muchas de ellas tengan un claro cariz social. Siempre,
dijo el artista, me sentí reconocido
y muy querido en mi tierra, me lo habéis demostrado muchas veces .Los que nos
dedicamos al espectáculo, ponemos las entradas a la venta y esperamos,la respuesta del público es nuestro termómetro y yo nunca
pude quejarme y ahora, de guinda, la Amuravela de Oro.
Víctor
Manuel se despidió dando las gracias por
hacerme aparentar que soy más de lo que soy, por atopar las razones pa dame la
Amuravela, por faceme bamboyas que soy más de lo que soy, por caleceme el
corazón y espero por munchos años seguir viendo a Cudillero tan esmarallolada,
tan guapa, para regigéu de los que la queremos dafechu.
Y si hubo sorpresa para Tomas Casado, también la
hubo para el cantante, cuando Tina Gutiérrez interpretó la canción de “Un cura
de aldea” de Víctor, que terminó cantando él sólo, para disfrute de los
asistentes, que lo agradecieron con una larga y cerrada ovación.
El coro “Peña Roballera”, dirigido por Ángel
Fernández Pola, interpretó dos canciones
muy salitrosas, para dar paso al vice consejero de Cultura, que se encargó de
convocar la XXXVI Amuravela de Oro. Con el Himno de Asturias, se dio por
finalizado el brillante acto.
Texto de Rocío G. Suárez
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