La Asociación “Amigos de
Cudillero” convoca el trigésimo quinto
Concurso Literario “Cudillero, el pescador y la mar”, con
arreglo a las siguientes
B A S
E S:
- Podrán tomar parte
en el Concurso, todos los estudiantes
del Principado de Asturias que
cursen Enseñanza Secundaria (ESO)
- El tema
estará relacionado con “La mar y
sus gentes”, pudiendo adaptarse, en prosa, a cualquier género
literario, escrito en español o castellano.
- La extensión de los trabajos, que se presentarán por quintuplicado, será, como
máximo, de dos folios, equivalente a 50 líneas/folio. Tipo de letra: Times
New Roman. Tamaño: 12. Márgenes: superior e inferior, 2,5 cms.; derecho e
izquierdo, 3 cms. Todo aquel
original que no se atenga a estas normas, quedará automáticamente
eliminado.
- Irán firmados solamente con seudónimo, haciéndose constar la edad del concursante. En
sobre adjunto cerrado se indicará: Nombre, dirección y teléfono del
participante, así como Colegio o Instituto al que pertenece.
- Los trabajos
podrán enviarse a la Asociación “Amigos
de Cudillero”, Tolombreo de Arriba, s/n.- 33150 Cudillero, indicando “Para
el Concurso Literario”. También pueden entregarse en mano en el referido
domicilio.
- Fecha tope
para la presentación de originales:
18 de junio de 2016.
- Fallo del
Concurso: 25 de junio de 2016.
- Entrega de premios: En fecha que oportunamente se anunciará. Se establecen los siguientes premios:
a) Material didáctico-recreativo valorado en 500,00 € y diploma, al autor del mejor
trabajo.
b)
Diploma, al Centro al que pertenezca el
autor del trabajo ganador.
- El trabajo ganador
será leído por su autor en el acto de entrega de premios.
- La composición del
Jurado se dará a conocer después del fallo
- El Jurado se reserva
el derecho de otorgar uno o varios accésit o de declarar el premio
desierto, en atención a la calidad de los trabajos presentados.
- Los trabajos
premiados quedarán en propiedad de la Organización.
- La presentación a
este Concurso, supone la aceptación de todas sus Bases.
Cudillero, 18 de abril de 2016
MEDIA
LUNA DE MAR
Primer premio
del XXXIV Concurso Literario “Cudillero, el pescador y la mar”
Autora: Lucía
Rego Fernández. 12 años
Seudónimo en
el Certamen: Zafiro
Alumna de ESO
del IES Leopoldo Alas, Clarín, de Oviedo
Recuerdo con
exactitud el día
que llegué por
primera vez a Cudillero. El
avión atravesó una ligera
capa de nubes
blancas y se posó con
delicadeza, cual si
no pesase más
que una hoja
de papel, sobre
una inmensa pista
de aterrizaje. Descubrí después
un montón de
adultos expectantes, que
me produjeron si
cabe mayor inquietud. Me
llamo Naiara, soy
saharaui. Tenía entonces
diez años y era la
primera vez que
subía en un
avión y salía
de mí país.
Formaba parte de
un grupo de
chicos que pasaríamos
el verano con
familias de acogida
en Asturias. Yo entonces
ni siquiera sabía
dónde situar Asturias
en un mapa.
Atravesé nerviosa
la puerta de
cristal que daba
a la terminal
del aeropuerto. Me
sentía diminuta, asustada
y temerosa de
lo desconocido; me
abrazaba como única
tabla de salvación
a una mochila
donde llevaba mis
objetos personales. Entonces
vi a Raquel,
sujetaba un cartel
con mi nombre
y un enorme
globo rojo. No sé
cuánto tiempo miré
el cartel antes
de decidirme a
responder, pero este
sería el mejor
verano que jamás
hubiese soñado, aunque
yo aún no
sabía lo que
me esperaba.
Una
vez hechas las
presentaciones, salimos del
aeropuerto con dirección
a Cudillero. En
el trayecto, Juan
y Luci hablaban
de cosas habituales
en alguien que
acabas de conocer,
pero Raquel y
yo nos mirábamos
en silencio: éramos
tan distintas que
aún hoy no
comprendo cómo podemos
ser tan semejantes. Cuando
por fin vencí el miedo
que me paralizaba
y salí de aquel asombro
inicial, descubrí la
imagen más emotiva
que guarda mi
retina.
La carretera que nos conducía se hizo
estrecha y sinuosa; de pronto, por sorpresa el coche
pareció asomarse sobre un
inquietante abismo. Lejos de asustarme, el paisaje que desde allí
divisé me sobrecogió:
una inmensa alfombra verde cubría las
laderas, al fondo una
diminuta lengua de
mar parecía acariciar suavemente aquel lugar. Un montón de
pequeñas casas de alegres
colores
y rojos tejados se disponían
como si de una
media luna se
tratase. Una media luna donde
se mecía tranquilo
un trocito de
mar. Pegué mi cara
al cristal de
la ventanilla, como si
estuviese contemplando un espejismo.
- ¿Te gusta? - preguntó Raquel -.
Es Cudillero.
- ¡Es un
oasis! – contesté sin poder
separar mi nariz
de aquella ventanilla.
Los
días siguientes fueron
para mí de
sorpresa en sorpresa.
Yo era una
pequeña del desierto,
acostumbrada al calor
y frío extremos,
a la dureza
de vivir sobre
un suelo de
arena, a tener
por techo una
lona vieja y un montón
de estrellas. Aquel
verano, Raquel me mostró
su mundo, su
pueblo -que hoy
también es el mío,
y al
que regreso siempre
que puedo-, sus
amigos, las costumbres…
Me
mostró cómo son
las gentes de
un pequeño pueblo
que vive mirando
al mar. Me
acogieron, compartieron conmigo
su luz, su
agua, su verde,
su frescor. Fui huésped
en su oasis.
Perdí el miedo
a lo desconocido:
dejé que la fina lluvia
resbalase por mi
cabeza, aprendí a
nadar, disfruté de
juegos, helados y
risas… del olor
a hierba recién
segada. Imaginé una
vida más justa,
una vida sin
guerras, una vida
donde los niños
pudieran crecer sin
odios, una vida
donde reinasen los
hombres de mar.
Han
pasado ya varios
veranos en este
hermoso pueblo pesquero
asturiano, pero nunca
podré olvidar uno
entre tantos: aquel
en el que
tanto Raquel como
yo aprendimos el
valor de cosas pequeñas,
la amistad, el
respeto, el cariño.
Cosas pequeñas
que estamos seguras
de que nos servirán, y
mucho, en nuestro
navegar en la
vida; cosas pequeñas
que nos harán
llegar a ser
grandes lobos de
mar.
LUCÍA REGO
FERNÁNDEZ
(El
Jurado del concurso literario lo integraron por María Noriega Álvarez,
Esther García López, Alejandro García García, Luis Antonio Segurola Díaz y José
Antonio García Fernández).