lunes, 25 de abril de 2016

XXXV CONCURSO LITERARIO “CUDILLERO, EL PESCADOR Y LA MAR”

La Asociación “Amigos de Cudillero” convoca el trigésimo quinto Concurso Literario “Cudillero, el pescador y la mar”, con arreglo a las siguientes

B A S E S:

  1. Podrán tomar parte en el Concurso, todos los estudiantes del Principado de Asturias que cursen Enseñanza Secundaria (ESO)
  2. El tema estará relacionado con “La mar y sus gentes”, pudiendo adaptarse, en prosa, a cualquier género literario, escrito en español o castellano.
  3. La extensión de los trabajos, que se presentarán por quintuplicado, será, como máximo, de dos folios, equivalente a 50 líneas/folio. Tipo de letra: Times New Roman. Tamaño: 12. Márgenes: superior e inferior, 2,5 cms.; derecho e izquierdo, 3 cms. Todo aquel original que no se atenga a estas normas, quedará automáticamente eliminado.
  4. Irán firmados solamente con seudónimo, haciéndose constar la edad del concursante. En sobre adjunto cerrado se indicará: Nombre, dirección y teléfono del participante, así como Colegio o Instituto al que pertenece.
  5. Los trabajos podrán  enviarse la Asociación “Amigos de Cudillero”, Tolombreo de Arriba, s/n.- 33150 Cudillero, indicando “Para el Concurso Literario”. También pueden entregarse en mano en el referido domicilio.
  6. Fecha tope para la presentación de originales: 18 de junio de 2016.
  7. Fallo del Concurso: 25 de junio de 2016.
  8. Entrega de premios: En fecha que oportunamente se anunciará. Se establecen los siguientes premios:
a) Material didáctico-recreativo valorado en 500,00 € y diploma, al autor del mejor trabajo.
b) Diploma, al Centro al que pertenezca el  autor del trabajo ganador.
  1. El trabajo ganador será leído por su autor en el acto de entrega de premios.
  2. La composición del Jurado se dará a conocer después del fallo
  3. El Jurado se reserva el derecho de otorgar uno o varios accésit o de declarar el premio desierto, en atención a la calidad de los trabajos presentados.
  4. Los trabajos premiados quedarán en propiedad de la Organización.
  5. La presentación a este Concurso, supone la aceptación de todas sus Bases.

Cudillero, 18 de abril de 2016




MEDIA  LUNA  DE  MAR

Primer premio del XXXIV Concurso Literario “Cudillero, el pescador y la mar”
Autora: Lucía Rego Fernández. 12 años
Seudónimo en el Certamen: Zafiro
Alumna de ESO del IES Leopoldo Alas, Clarín, de Oviedo


                Recuerdo  con  exactitud  el  día  que  llegué  por  primera  vez  a  Cudillero.  El  avión  atravesó  una  ligera  capa  de  nubes  blancas  y  se  posó  con  delicadeza,  cual  si  no  pesase  más  que  una  hoja  de  papel,  sobre  una  inmensa  pista  de  aterrizaje. Descubrí  después  un  montón  de  adultos  expectantes,  que  me  produjeron  si  cabe  mayor  inquietud. Me  llamo  Naiara,  soy  saharaui.  Tenía  entonces  diez  años  y  era  la  primera  vez  que  subía  en  un  avión  y  salía  de  mí  país.  Formaba  parte  de  un  grupo  de  chicos  que  pasaríamos  el  verano  con  familias  de  acogida  en  Asturias. Yo  entonces  ni  siquiera  sabía  dónde  situar  Asturias  en  un  mapa.   
            Atravesé  nerviosa  la  puerta  de  cristal  que  daba  a  la  terminal  del  aeropuerto.  Me  sentía  diminuta,  asustada  y  temerosa  de  lo  desconocido;  me  abrazaba  como  única  tabla  de  salvación  a  una  mochila  donde  llevaba  mis  objetos  personales.  Entonces  vi  a  Raquel,  sujetaba  un  cartel  con  mi  nombre  y  un  enorme  globo  rojo.  No  sé  cuánto  tiempo  miré  el  cartel  antes  de  decidirme  a  responder,  pero  este  sería  el  mejor  verano  que  jamás  hubiese  soñado,  aunque  yo  aún  no  sabía  lo  que  me  esperaba.
            Una  vez  hechas  las  presentaciones,  salimos  del  aeropuerto  con  dirección  a  Cudillero.  En  el  trayecto,  Juan  y  Luci  hablaban  de  cosas  habituales  en  alguien  que  acabas  de  conocer,  pero  Raquel  y  yo  nos  mirábamos  en  silencio:  éramos  tan  distintas  que  aún  hoy  no  comprendo  cómo  podemos  ser  tan  semejantes.      Cuando  por  fin  vencí  el  miedo  que  me  paralizaba  y  salí  de  aquel  asombro  inicial,  descubrí  la  imagen  más  emotiva  que  guarda  mi  retina. 
            La  carretera  que nos  conducía  se  hizo  estrecha  y  sinuosa;  de  pronto,  por  sorpresa  el  coche  pareció  asomarse  sobre  un  inquietante  abismo. Lejos  de  asustarme,  el  paisaje  que desde  allí  divisé  me  sobrecogió:  una  inmensa  alfombra  verde  cubría  las  laderas, al  fondo  una  diminuta  lengua  de  mar  parecía  acariciar  suavemente  aquel  lugar. Un  montón  de  pequeñas  casas  de  alegres  colores  y  rojos  tejados  se  disponían como  si  de  una  media  luna  se  tratase. Una  media  luna  donde  se  mecía  tranquilo  un  trocito  de  mar. Pegué  mi  cara  al  cristal  de  la  ventanilla,  como  si  estuviese  contemplando  un  espejismo. 
            - ¿Te  gusta? - preguntó  Raquel -.  Es  Cudillero.
            - ¡Es  un  oasis! – contesté  sin  poder  separar  mi  nariz  de  aquella  ventanilla.
            Los  días  siguientes  fueron  para  mí  de  sorpresa  en  sorpresa.  Yo  era  una  pequeña  del  desierto,  acostumbrada  al  calor  y  frío  extremos,  a  la  dureza  de  vivir  sobre  un  suelo  de  arena,  a  tener  por  techo  una  lona  vieja  y  un  montón  de  estrellas.  Aquel  verano,  Raquel  me  mostró  su  mundo,  su  pueblo  -que  hoy  también  es  el  mío, y  al  que  regreso  siempre  que  puedo-,  sus  amigos,  las  costumbres…
            Me  mostró  cómo  son  las  gentes  de  un  pequeño  pueblo  que  vive  mirando  al  mar.  Me  acogieron,  compartieron  conmigo  su  luz,  su  agua,  su  verde,  su  frescor. Fui  huésped  en  su  oasis.  Perdí  el  miedo  a  lo  desconocido:  dejé  que  la  fina  lluvia  resbalase  por  mi  cabeza,  aprendí  a  nadar,  disfruté  de  juegos,  helados  y  risas…  del  olor  a  hierba  recién  segada.  Imaginé  una  vida  más  justa,  una  vida  sin  guerras,  una  vida  donde  los  niños  pudieran  crecer  sin  odios,  una  vida  donde  reinasen  los  hombres  de  mar.
            Han  pasado  ya  varios  veranos  en  este  hermoso  pueblo  pesquero  asturiano,  pero  nunca  podré  olvidar  uno  entre  tantos:  aquel  en  el  que  tanto  Raquel  como  yo  aprendimos  el  valor  de  cosas  pequeñas,  la  amistad,  el  respeto,  el  cariño.      
Cosas  pequeñas  que  estamos  seguras  de  que  nos  servirán,  y  mucho,  en  nuestro  navegar  en  la  vida;  cosas  pequeñas  que  nos  harán  llegar  a  ser  grandes  lobos  de  mar.

LUCÍA REGO FERNÁNDEZ



(El Jurado del concurso literario lo integraron por María Noriega Álvarez,  Esther García López, Alejandro García García, Luis Antonio Segurola Díaz y José Antonio García Fernández).

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