“Somos
amigos y nunca nos enfadamos”, dicen los miembros del coro “Peña Roballera”, que
celebran su aniversario con ganas de seguir adelante y disfrutar cantando
Cudillero,
A. M. SERRANO
El coro “Peña Roballera” de
Cudillero no funcionaría tan bien si sus miembros no fueran amigos. Los que
componen ahora el grupo, que celebra los 10 años desde su fundación, son once.
El director, Ángel Fernández Pola, viaja desde Oviedo a la villa pixueta todos
los viernes para los ensayos. “Entras en la sala y ya estás en otro mundo”,
dice. Tal vez ese sea el secreto de su éxito, la amistad y buen ambiente.
Esta agrupación de cantantes
aficionados aspira a mantenerse en el tiempo, a organizar cada vez más citas
musicales y a seguir dando a conocer las canciones marineras. Éste último es su
principal objetivo. Hoy por hoy, el coro pertenece a la asociación “Amigos de
Cudillero”, por ello tiene dos citas fijas al año: la entrega del premio
“Amuravela de Oro” y la Fiesta Literaria de la Mar. “Son los mejores, porque
jugamos en casa”, señala Javier Valdés, una de las voces más jóvenes. El único
problema es la temida falta de financiación que, según el presidente de “Amigos
de Cudillero”, Juan Luis Álvarez del Busto, afecta a todo. Pese a ello, el
grupo sigue trabajando y cree que podrá aguantar como hasta ahora. El director
del coro asegura que “Peña Roballera” tiene algo muy especial que no se ve en
otras agrupaciones: “Son amigos, se llevan bien, pasan un rato juntos,
disfrutan cantando, algo que no siempre pasa”. Además, cantar anima a las
personas “y es recomendable para la salud”, destaca Pola. Sergio González es
uno de los fundadores del grupo. En la última década ha visto evolucionar
“mucho y bien” al coro. La agrupación nació primero en el seno de la asociación
cultural “Avante Cuideiro”. Cinco años más tarde -en 2005- pasó a formar parte de “Amigos de Cudillero”.
Por él han pasado tres directores (Santiago Novoa, Maite Sagarzazu y ahora
Ángel Fernández Pola) y con todos ha habido “buena sintonía”. Según Junquera,
en lugares pequeños como Cudillero “necesitamos actividades y algo con lo que
entretenernos. Además, con el coro, damos a conocer la villa”. La gente de
Cudillero, por otra parte, “quiere cantar sus canciones, las de mar”. De no ser
por esta agrupación “tal vez muchas estarían en el olvido”, señalan.
En el repertorio de “Peña
Roballera” hay, no obstante, de todo. El director de la agrupación cree que
pueden cantar piezas muy diferentes. No faltan las canciones marineras, ni las
habaneras (“que mucha gente confunde con las primeras, pero son algo
diferente”) ni la canción asturiana o los recuerdos a Pipo Prendes y Vicente
Díaz”, subraya Pola. José Luis Valdés es otro de componentes del grupo. Vive en
Muros de Nalón. Se desplaza a Cudillero a cantar “porque aquí tengo amigos y me
animan”. Fue otro compañero, Gil Díaz, de El Berrón, quien le propuso formar
parte del coro. “Hay armonía, nos gusta estar juntos y no nos enfadamos nunca”,
dice Díaz. Por eso “no cuesta” desplazarse a la Casa de Cultura para entonar
bajo la dirección de Ángel Pola. Todos creen que se puede cantar sin tener
mucha formación. Solo hace falta tener ganas y paciencia.
(Publicado en “La Nueva España”,
el 12 de enero de 2015)
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