Cudillero entregó su máxima distinción, la “Amuravela de Oro”, un premio que este año celebra su trigésima novena edición y que además “se ha quedado en casa”. Y que se quede en casa es un orgullo para los pixuetos, así lo aseguró en su discurso Juan Luis Álvarez del Busto, Presidente de Amigos de Cudillero, en referencia a que una de las galardonadas de esta edición, Rosa Menéndez, la primera directora del Consejo Superior de Investigaciones Científicas(CSIC), natural de Corollos, en Cudillero. Además, durante el acto, el alcalde de Cudillero anunció que Rosa Menéndez será nombrada hija adoptiva del concejo.
Menéndez, muy emocionada, y que fue presentada por su amigo el Rector de la Universidad
de Oviedo, Santiago García Granda, explicó que para ella esta distinción
representa dos valores: “El cariño de mis paisanos, mi familia y mi gente, a
los cuales hace mucho que no veo, y el valor a mi trayectoria profesional,
donde aún hay que trabajar mucho para impulsar a las nuevas generaciones de
mujeres para que se vean atraídas por las carreras científicas”. Eso sí, ella
asegura que jamás se ha sentido discriminada por ser mujer y que cree que el
CSIC “es un ejemplo a la hora de tener en cuenta a las científicas”
También
recibió la máxima insignia del concejo el Centro Asturiano de México, que el
pasado mes de febrero cumplió cien años. La Asociación Amigos de Cudillero lleva
entregadas 71 “Amuravela de Oro”, un premio que ha traspasado fronteras y que
se entrega a personas o colectivos que trabajan o impulsan los valores culturales,
turísticos o empresariales de Asturias y de Cudillero.
Aurelio González,
miembro de la Academia Mexicana de la Lengua, tomó la palabra para explicar en
un discurso emotivo qué supone para los asturianos emigrados al país azteca
contar con un Centro Asturiano, en el que se reúnen y se llevan a cabo todo
tipo de actividades deportivas, lúdicas y culturales. “Nuestra sociedad agradece
el premio de corazón y le hace refrendar su compromiso por seguir cumpliendo con
nuestros objetivos”, concretó González. “Ser una institución centenaria que
tiene una trascendencia y significación amplia, en el caso del Centro Asturiano
de México, nos lleva a recordar, por un lado, a las numerosas instituciones que
llenan la geografía americana, nacidas al impulso del viento melancólico de la
nostalgia por la tierra que un día se dejó atrás y, por otro, a Asturias como una
tierra de emigración”, señaló.
La “Amuravela de Oro” la recogió el presidente de
este colectivo, el tevergano Manuel Arias Díaz, que reconoce que volver a
Asturias “siempre es motivo de ilusión, aunque uno lleva ya tantos años en
México que le parece que ya no echa de menos nada, pero luego cuando regresa lo
disfruta todo”.
El
tercero de los galardonados ayer fue el doctor Jaime Baladrón Romero, que
aunque vasco de nacimiento siente como suya Asturias adonde se vino a vivir con tan sólo 13 años y
donde cursó la carrera de Medicina en la Universidad de Oviedo. Baladrón fue el
impulsor del curso MIR en Oviedo ,una formación por la que ya han pasado 37.000
alumnos desde que se creara, hace ahora 30 años. El oftalmólogo Tomás
Villacampa fue el encargado de presentar a su colega y amigo, del que dijo que
“impulsó en 1988 el curso MIR en Asturias con la intención de ayudar a los
médicos recién licenciados, que se encontraban en un vacío desde que acababan la
carrera hasta comenzar su especialidad”.
Lo que comenzó como un curso
experimental acabó por consolidarse como una “filosofía en la búsqueda de
excelencia y donde los alumnos cuentan con un apoyo psicológico que les sirve
en una etapa en la que están sometidos a muchísimo estrés”. Además, explicó
Villacampa que lo más importante de Baladrón “es que para él siempre han
contado primero las personas”. Dedicado ahora sólo a la formación, el doctor en
Medicina y Cirugía, que obtuvo sobresaliente Cum Laude, se mostró tremendamente agradecido
con esta distinción . “Es un enrome orgullo para mí trabajar con los MIR, muchas
veces te das cuenta de que trabajas con gente que es mucho mejor que yo, como
es el caso de Tomás, y eso es una satisfacción”, aseguró Baladrón, que ha
conseguido que Oviedo se haya convertido en una ciudad de referencia a nivel
europeo para la preparación del MIR de todos los alumnos que optan por la
medicina.
Más mujeres
El Rector,
que fue el encargado de presentar a Rosa Menéndez, también aprovechó para
alabar el trabajo de Baladrón al frente de la formación de los MIR, y respecto a
la incorporación de las mujeres en la carrera científica.
Aseguró García Granda
que la presidenta del CSIC es una “extraordinaria embajadora de la ciencia y de
la asturianía”. Y es que Rosa Menéndez siempre presume de sus orígenes allá
donde va y cuando le dicen que tiene acento asturiano les responde que muy
bien, “no quiero perderlo”.
La
presidenta del CSIC tuvo un emotivo recuerdo para sus familiares, que se
congregaron en el acto, y especialmente para sus hijos, que, según dijo, han
sido su mejor proyecto. Unas mesas más atrás, su madre, Orfelina López, se
secaba las lágrimas al ver a su hija recibir la mayor distinción que se puede
entregar en el concejo de Cudillero, donde ella crió a su hija “rodeada de
cariño y amor”.
Del Busto señaló que la “Amuravela” supone para Cudillero una distinción que ha viajado más allá de las fronteras del concejo y de Asturias, y reconoció que “ya me siento cansado”, por eso aprovechó la ocasión para animar a los jóvenes del concejo a tomar el testigo. Además, también hubo un recuerdo al fallecido José María Íñigo, autor de los “Cuadernos Literarios” y uno de los grandes admiradores de Cudillero. Finalmente sonó el “Asturias, Patria Querida” y el salón se emocionó.
Del Busto señaló que la “Amuravela” supone para Cudillero una distinción que ha viajado más allá de las fronteras del concejo y de Asturias, y reconoció que “ya me siento cansado”, por eso aprovechó la ocasión para animar a los jóvenes del concejo a tomar el testigo. Además, también hubo un recuerdo al fallecido José María Íñigo, autor de los “Cuadernos Literarios” y uno de los grandes admiradores de Cudillero. Finalmente sonó el “Asturias, Patria Querida” y el salón se emocionó.
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